Dluro's

Cuando hay que decir ADIOS.





Cuando la Navidad llega, desde los abuelitos hasta el maestro de la escuela, limpian la casa, desempolvan el sucio que corroe a puertas y ventanas, pintan para renovar el color de las paredes que “encierran sueños” de metas cumplidas y postergadas. El hogar recibe el cariño de la mano que lo crea; sin embargo, el cuerpo como el resguardo que nuestro Señor nos entrega al nacer, no es tomado en cuenta en estos altibajos de diciembre. La casa bella y el corazón embasurado. La “pinta” como solíamos llamarla en el pasado se estrena, y no hay un nuevo corazón para la tranquilidad y comunión con el Señor.

Esto es, otra de las jugadas de la apariencia que comanda el tiempo como ondas que se movilizan en modas, y nos encierra en un mundo superfluo de mostrar lo externo y socavar el sentimiento, porque “no hay que rayar en lo cursi.”

Cuando la Navidad llega, no se monta. La Navidad se crea y se edifica en nuestros corazones limpios, para dar la bienvenida al niño seleccionado a nuestros destinos y así cumplir, con la palabra escrita: “Nacerá un niño y le pondrán por nombre Jesús” (Mateo 21).

En un lugar de la mente y la conciencia, se da permiso para uno de los dos sentimientos: amor/odio, egoísmo/altruismo, amistad/enemistad. Son infinitas las palabras antagónicas pero están, por ello, hay que apoderarse de las “limpias de corazón” y zafarse de las ruinas de las miserias personales que Dios nos permite sentir, para recordarnos que ¡Hay que Perdonar! Y Volver a Empezar.

FELICÍSIMO 2007 Y SUPER EXTRAVAGANTE DICHA EN LOS PRÓXIMOS 365 DIAS DE TU VIDA

Dluros.
15/12/2006
Mod.22/11/2010

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